Gustavo Echegaray

Sin excusas

En la quietud de la noche,

tras el bullicio del día,

vive mi ser sin excusas,

impulsado tan solo

por la pasión de existir.

 

Cada minuto es un sueño,

cada sueño, el rastro de un anhelo.

Las estrellas circunspectas

murmuran secretos milenarios

y el viento, en su indolencia,

susurra inefables promesas.

 

La luna, cómplice de mis desvelos,

ilumina el sendero absurdo

de mis viejos pensamientos.

No hay excusa para lo que hago,

sólo el impulso irremediable

de un corazón incendiado.

 

Y cuando  el alba despierta

serena con su luz dorada,

mi alma renace  en esperanza,

el día es una página nueva

y en cada una de sus letras

la esencia de la vida queda.