Tus ojos, oscuros
Con lágrimas de sombra
Con retazos de oscuridad
Tan desconsolados
Tan inalcanzables
Locos de angustia
Soñando de día
Con la muerte
Y de noche con las estrellas
Tus ojitos de sal remecida
De canela espolvoreada
De esponjas de mar
Tan faltos de cordura
De control
De serenidad
Languidecen en el tacto
Entristecen en su mirar
Estancados en pena con su mirada extraña
Tus ojos, entretejidos
Con todas sus fibras y colores
Con sus besos e infidencias
Tan lejanos e indecisos
Sus cristales plateados
Su marcha constante
Su palpitar, su vibración
Su oleaje
Sus desplazamientos de luna
Transito tus pupilas
Cristalinas en su remolino
Incapaces de reflejarme
Tus ojitos, temblorosos ante el ruido
Deslindadose de mi cruel realidad
De mí inútil cielo
De mi viento aciago
En su parpadeo
La inutilidad de mi existencia
Y la fugacidad de mi universo
Tus ojos, recién abiertos
Construidos de vuelta, con embrujo
Vuelven a mirarme, con su magia
Tus ojitos, vuelven a mirarse en los
míos
Con lágrimas de sombra
Con retazos de esperanza