Matias 01

Diario (23 junio 2024)

Sueles estar en el único lugar que no comparto

con nadie,

en el único sitio donde los ríos se oyen,

las gotas de agua vuelan

y el aire desnuda su melodía en el silencio.

 

Es el lugar a donde vienes lúcida, a recatarme

de la tiranía de los rostros,

de las voces que hacen sufrir a mis oídos

y de esa invasión de hormigas

que regresan a los arboles nocturnos

con los ojos de fuego

como si volvieran del funeral de algún demonio.

 

A veces no vienes, a veces no estás y la tierra

durmiente cruje,

como acompañando a mis reflexiones mudas.

En esta habitación solo brilla una tenue luz

y también, a veces, se oye el golpe del aire   

al estrellarse en la ventana

como si el diablo cerrara alguna puerta.

 

A veces también la luna aguaita todo detrás

de las nubes,

como búho husmeando los pasos suaves

de sus presas en la penumbra.

Y de algún modo voy sobreviviendo en la noche

encerrándome en mi humanidad,

acurrucándome a cada brote de sílabas que crece

como hierba dentro de mí.