La han visto desesperada y bañada en llanto.
Nadie se atreve siquiera a llamar su atención.
Antes su andar era pura alegría y bello canto.
Hoy su andar de ánima sola, causa conmoción.
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En este lindo pueblo, la gente es un encanto.
Jamás, nadie habría rogado, con esa emoción.
Unos gritan: Sea lo que sea, no es para tanto.
En verdad, es vana opinión, ante una traición.
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Si no es para, dar consuelo, es mejor callarse.
Cada quien vive su drama a la usanza de casa.
Y aunque todos opinen, no dejará de quejarse.
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Todo drama es familiar y, al final, todo ello pasa.
En cómo arreglan sus dramas, habría que fijarse.
La crisis familiar, nada tiene que ver, con la raza.