Todos los amaneceres
son mil promesas de amor,
todo fuerza y resplandor:
olvido de los ayeres;
vengan los nuevos placeres
cual cascadas de fervor,
a llenarnos de valor
para supremos quereres;
el amor a lo sublime,
al encuentro con tu ser
en nuestro mundo interior;
el amor que nos redime
con un perenne querer:
con un absoluto amor...