Carlos Andrey Vargas Araya

Hazlos creer

 

En un aula llena de sueños y desafíos,
donde los corazones de los niños laten con anhelo,
un maestro se alza, firme y decidido,
con la misión de encender una luz en cada destello.

Los ojos inquietos, las mentes dispersas,
los pequeños corazones cargados de dudas,
el maestro sonríe, su voz llena de certeza,
\"Crean en ustedes mismos\", les dice con ternura.

El niño con déficit atencional, que se pierde en el viento,
el niño con autismo, cuyo mundo es un enigma,
el que lucha con las letras, el que teme al tormento,
todos escuchan las palabras del maestro con estigma.

\"No importa cuántas veces caigan, queridos míos,
lo importante es levantarse, seguir adelante,
cada paso es un logro, cada esfuerzo un rocío,
ustedes son capaces, valientes y brillantes\".

Y así, día tras día, el maestro repite su mantra,
hasta que los niños comienzan a creer en sí mismos,
las alas se despliegan, la confianza se levanta,
y los corazones florecen como jardines en abismos.

El conocimiento llega después, como un río sereno,
pero primero, deben creer en su propio poder,
el maestro, con amor y paciencia, les muestra el camino,
y los niños, ahora fuertes, aprenden a vencer.

Así, en ese aula mágica, donde los sueños se tejen,
el maestro cosecha esperanza, cosecha fe,
y los niños, con sus alas nuevas, vuelan y se elevan,
porque alguien les hizo creer en lo que podían ser.