Tus ojos son espejos
donde descubro mis secretos,
tu voz, un eco suave
que me revela lo que no conozco
y cada mirada tuya es un sendero
que recorro para reencontrarme.
En tus manos alfareras
soy la arcilla con que inventas
los astros del firmamento
y en cada línea que trazas,
renazco en nuevas facetas,
más auténtico, más completo.
Contigo, el tiempo se desvanece,
y me descubro en cada instante,
en cada gesto, en cada sonrisa.
Eres el reflejo donde me reinvento,
el espejo donde veo mi verdad,
el libro abierto de mi ser.
Tu pensamiento es el mar profundo
que navego sin miedo a perderme,
tus palabras los céfiros tibios
que impulsan la barca azul
en la que flotan mis proyectos,
mis ideas y el amor por ti.