De Santo Domingo a Cumaná,
tierra adentro, pueblo oriental,
Arenas, mi pueblo natal.
De allí vengo haciendo épica
e historial,
lucha y abolengo, subiendo la cuesta
hasta tocar la meta.
Época identitaria y singular,
mil novecientos cincuenta y tres,
ya montado en los setenta,
veo fenecer el dos mil veintitrés
Diáfana ruta
en la recta final, ando a todo tren,
sueños hermosos dignos de alcanzar.
pueblos y tradiciones,
avatares de familia,
crecen con amistades,
entre valores, hidalguías
bienestar y calamidades,
la vida continúa.
Es una lucha perenne
que brinda sorpresas,
somos congéneres,
tras la luz de la libertad,
propósito a hilvanar
en tierras áridas y fértiles,
sembradas y cosechadas
de la brega, la uberrima fuente