Una tonelada de amor
viaja en esta poesía
y lo hace bien embalada
la mercancía,
para que no se escapen
los quereres, los minos y las risas.
Viaja a la velocidad del sonido
y se reparte entre quienes
con muestras de respeto pidan
un poco de querer con que aliviar
alguna carencia afectiva.
Los portes son gratuitos,
no se paga IVA,
y quienes demuestren unas carencias
muy elevadas de amor y simpatía
recibirán unas dosis más elevadas
durante el tiempo
que el terapeuta diga.
Se ruega discrecionalidad absoluta
y al recibo de lo que se le envía
poner el producto
al resguardo de los niños
y de quienes sean objetores
en eso de recibir alegrías desmedidas.
Se guardará confidencialidad absoluta,
y no se admitirán devoluciones
que no sean por el motivo
de que no se encuentra
en buenas condiciones
el elixir que se suministra.
Este amor que bien precintado
le llegará en un par de días,
es espiritual y no lleva
conservante ni aditivos
que no sean algunos
de los que en el prospecto
se indican.
En el supuesto último
de que por alguna causa
no sea efectivo el tratamiento
y cree alguna reacción
negativa y desconocida,
en pocos días
recibirá en casa,
al responsable del pedido,
quién con discrecionalidad absoluta,
humildad
y mucha sabiduría,
seguirá el protocolo establecido
hasta que el paciente le diga
que ya todo va bien
y no necesita de más terapia activa,
por haber alcanzado
ese grado de felicidad,
suficiente para poder continuar
otra temporada,
bajo los efectos positivos
de la estimulante medicina.