Es verdad que la vida
nos ofrece mil caras.
con diversos matices,
cada día que pasa.
Pero es en el hombre,
con su afán y su magia,
quien arranca suspiros
a la tierra cercana.
Y es así, en su familia,
y por ende en su casa,
donde centra su mundo
y latidos sin pausa.
Es también el trabajo,
la faena diaria,
quien le ofrece matices
cada hora y jornada.
Pero hay tiempo de ocio,
con descansos y ganas,
de subir a los cielos
y a las nubes tan blancas.
Pasear y dar sueños
a cuartillas doradas,
y hasta amar, si es posible,
a figuras cercanas.
Es entonces la vida
la que ofrece a las almas,
una brisa sin nombre
que acaricia y atrapa.
Se despiertan los sueños,
las pasiones se agrandan,
y musitan los labios
las palabras sagradas.
Que te ama y te quiere
esa vida cercana,
que es coqueta y traviesa
y que tiene mil caras.
Rafael Sánchez Ortega ©
23/06/24