Me sorprenden tus habilidades
cambiantes y desesperantes,
porque realmente fue nada.
Crees que es tu ahora
pensando que así será el mañana;
pero en realidad,
aún le lloras a la almohada.
Solo juegas y divagas
para mantenerla silenciada y acallada,
ocultando la cara
y confundiendo a tu propia alma.
Me duelen las letras
pero ya no es la historia que soñaba
porque realicé que ya no es nada.