Muy despacio la tierra se agrietaba,
desde lejos sus gritos parecían,
voces en el desierto que pedían,
un poco de agua fresca; se anhelaba.
Las nubes conmovidas se alistaron,
el viento, sol y nubes platicaban,
pues a ningún arreglo ellos llegaban.
de muy blancas a grises se tornaron
Y luego más oscuras, bien cargadas,
un trueno se escuchó, con resplandor,
las lagrimas cayeron regañadas.
Para nutrir la tierra con candor,
plantas, flores, quedaron hidratadas,
con gotas de rocío y su esplendor.
Dr. Salvador Santoyo Sánchez
24/06/2024