Dr. Salvador Santoyo Sánchez

SED

Muy despacio la tierra se agrietaba,

desde lejos sus gritos parecían,

voces en el desierto que pedían,

un poco de agua fresca; se anhelaba.

 

Las nubes conmovidas se alistaron,

el viento, sol y nubes platicaban,

pues a ningún arreglo ellos llegaban.

de muy blancas a grises se tornaron

 

Y luego más oscuras, bien cargadas,

un trueno se escuchó, con resplandor,

las lagrimas cayeron regañadas.

 

Para nutrir la tierra con candor,

plantas, flores, quedaron hidratadas,

con gotas de rocío y su esplendor.

 

Dr. Salvador Santoyo Sánchez

24/06/2024