Tomás Osorio del Río

La casa de Toral

En las llanuras del toral

tras la posada

se avista un columpio

en una terraza,

donde los niños juegan

y los adultos meten baza

de una casa vecina

y un hombre al que dar caza.

 

El hombre no descansa,

mil historias se entrelazan

por una maldita casa

-Malditos los Pedros-

 gritó la casa.

Mueran todos ellos.

 

Mueran en la caza

Mueran ya menores

Mueran en la hoguera

Mueran por ladrones

Y mueran por ser Pedros.

 

Y así fueron muriendo uno a uno

en cada historia entrelazada

 

Fuese un pozo cardiaco

Fuese Suicidio un bellaco

Fuese un niño tan flaco.

Y por ser fue que los Pedros

se volvieron unos maniacos.

 

Más por ser locos

no dejan de ser Pedros

y por ser Pedros

maldita es su casa.