Me riego pero
me marchita la tristeza.
Sal mira por la ventana,
prueba mi fruto, espero
tu mirada con ansias,
por favor,
tan solo un vistazo,
una última vez.
Mi corazón precavido
solo cree lo que ve.
El tiempo fusiló
la verdad desnuda y
tu ausencia hizo mella
en heridas abiertas.
¡Mírame! Una última vez
antes de desaparecer,
la raíz podrida mata,
la vida pasa y
si no miras
por la ventana
siento que me muero,
poco a poco
como el limonero
de tu jardín.