En el sendero de la fe, las ovejas van,
con amor y lealtad, el camino han de andar.
Predican con fervor, la verdad a compartir,
en el Paraíso, su esperanza al fin cumplir.
Con acciones y palabras, la gratitud mostrar,
a Jesús y a Jehová, siempre honrar.
En este mundo, aunque el mal abunde más,
las normas divinas seguirán, sin jamás titubear.
La vida equilibrada, un tesoro es,
la honestidad y lealtad, no deben perecer.
Preparándose ya, para el futuro brillar,
en el Paraíso eterno, donde podrán habitar.