Melissa 94

Beso de otoño.

Su boca activó mis sentidos carnales,
Volviendo sensible y endeble cada parte de mí

besándonos se vivió el tiempo y yo en él me perdí.

Fué ese beso apasionado,

el que destruyó mis principios y mis pensamientos ordinarios, 

Eso, y sus dedos atravesando los hilos de mis telas aquella noche.

Mi boca tiene dueño desde entonces, 
Mi cuerpo tiene hambre y sed de su roce,

Ansias de sus manos, sujetando mi cintura,

Anémicos deseos de lujuria y saciedad.