He aquí,
mi rostro uniéndose a la mañana
abrigándose con su luz,
para sentirse invulnerable
cuando tu hombro me sostiene
procurando la plenitud de esta hora
Bajo el fulgor prístino de tu pecho desnudo
despierto a la vida cuando tu mano me roza
absorto en jardines de silencio,
el esplendor de tu rostro,
me despoja de los mantos,
para sentir la plenitud de tu presencia,
bajo la gravitación matutina de tu cabello emancipado
Mi latido desciende bajo la revelación de tu cuerpo
dentro de la albura sublime de esta hora
donde quisiera que el presente se demore
y ser de ti el mismo sueño
recomenzar el día en tus pupilas
y junto a ti,
unir mi rostro a la mañana.