Quiero un amor deseado, ese amor deseado que regocija en la fuerza de tus manos que aprietan mis más suaves carnes de mi cuerpo sacro.
Ese amor deseado, que palpo en ti cuando me rodeas con tus brazos fuertes como el roble, anheloso de aferrar lo que te pertenece eternamente.
Ese amor deseado, cuando me colmas con tus besos tersos en la curva de mi cuello, mientras que la mañana nos rodea con el olor del cafe dulce y lluvia fresca.
Ese amor deseado, que valoro al susurrarme al oído tu querer y apetecer de mi piel contra tu piel, así como mi devoción propicio que anhelo de tu cuerpo desnudo junto al mío.
Sostenme que hace frío, acaríciame para sentir calor, y prométeme tú amor. Para purificar mi celo extremado que me provocas con tu profundo libido.