Elizabeth A. Navarro

Eterna juventud compartida

En tus ojos de joven destella el universo,
como estrellas fugaces en la noche,
tu juventud es un verso fresco y terso,
que en mi piel encuentra su derroche.

Eres el eco de mis años vividos,
en ti resuena mi historia y mis batallas,
en tu risa encuentro mis sueños cumplidos,
y en tu mirada, las promesas más calladas.

Tus manos, tan llenas de futuro y esperanza,
acarician mi alma con su suave ternura,
en tus abrazos encuentro paz y bonanza,
y en tus besos, el sabor de la dulzura pura.

Eres como el sol que alumbra mis días,
con tu energía y vitalidad sin medida,
en tu presencia encuentro nuevas vías,
y en tu compañía, mi alma revivida.

Que la edad no sea barrera ni límite,
pues en ti encuentro la eterna juventud,
en nuestro amor, el tiempo se desviste,
y solo importa esta conexión, esta plenitud.

Eres el regalo más precioso que la vida me dio, mi chico con el corazón valiente,
en ti descubro el amor en su mejor tono,
y en nuestro amor, florece el presente.