En un fugaz instante se cruzaron sus miradas,
dos almas desconocidas, unidas por nada.
El destino caprichoso los juntó en su camino,
pero en silencio pasaron, sin pronunciar un solo trino.
Sus corazones latieron al unísono un compás,
sin palabras ni gestos, solo un breve compás.
La chispa del amor surgió en aquel breve encuentro,
pero ese amor quedó suspendido en el aire, sin centro.
Así, dos extraños se amaron sin saberlo jamás,
caminando por senderos que no volverían a cruzar.
El recuerdo de aquel instante perduraría en la distancia,
dos almas que se encontraron en silenciosa fragancia.