No sé qué tienes,
vestida, tú,
de transparencias;
qué tienes, di,
que los adentros me arden
por ti;
que excitas la entrepierna
de mi ardiente sed;
que éntrame el ardor de tu cuerpo,
el cielo de tus ojos,
la sedosidad de tus pechos,
la rosa de tus labios,
el hogar de tu sexo.
(Entre sábanas éxtasis
yo siento)
-salvador-