En un ventajoso sillón observo,
El diario electrónico de hoy.
Allí, me auto flagelo manipulando
La nube virtual y toxica que trago…
Es una ciencia digital vertiginosa,
Instalada en todas las esferas,
Los cuales examino con extraños logaritmos
Quebrantando con ello, mi herida fe…
Mi percepción no logra desentrañar,
Los anónimos mensajes de estos tiempos:
Que encubierto han reducido mi poesía.
Son los ilegibles códigos e interfaces,
Que van engendrando una versión digitada
De un verbo que se desentiende de mí.