Tuve en mis ojos la súplica
y vi en los tuyos la disculpa
y en el perenne silencio
millones de palabras que arreglaban entuertos.
Vi en tus brazos la ternura
y en mis manos la calidez
en tus gestos la sencillez
y en los míos la soltura.
Veo que vienes y yo voy
que quieres y estoy
que eres y yo soy
y que felizmente
volvemos al eterno hoy.
Volvemos a esos prados en flor
y a esa brisa acariciando infinidad de colores
Brisa que también se lleva los temores
y nos trae sobre sus alas el renovado amor.
Revival de viejos resplandores
que encandilaron tantos encuentros
que vivificaron tantos desiertos
que nos mantuvieron vivos a pesar de los sucesos.
Te veo y me recibes
Voy a tu encuentro
con el alma agradecida
y mi pecho al descubierto
con la vida destruida
pero el corazón contento.
Te veo y me recibes
tus brazos están abiertos
tu corazón tierno
tu alma en consuelo
tu mirada en desvelo
tu sueño despierto
y muy sabroso tu aliento.
Y cual dibujo infantil
tu cara de sonrisa grande
le devolvió a mi vida vil
un reencuentro inolvidable.
SANTIAGO ALBOHERNA