Supongamos que,
Tu alma encaja con la mía,
Que la luna hoy salió para los dos,
Y que el sol, para siempre se escondió.
Supongamos que,
Tus ojos brillan cuando topan mi mirada,
Que tus días desde ahora son más míos,
Y que hacemos que el cielo toque al mar.
Que tú dormiste y me soñaste,
Y al despertar nos encontramos.
Pero sólo supongamos,
Porque no tuvimos suerte de que fuera realidad.