elisain maldonado

NOCHE DE PLENILUNIO

 

Las rosas se desnudan con nuestra mirada, mientras los pétalos cubren el lecho, te beso, te contemplo, mientras con tus besos me embriago.

A lo lejos, el silencio teje un pentagrama, las brisas del mar por tu pasión reclama, es viernes y luna de plenilunio, tú y yo, un solo cuerpo controlando el alma.

En la penumbra, tus suspiros son mi guía, en este ritual de pasión que nos envuelve, tu piel, un océano donde mi deseo navega, y en cada ola, el amor se revela.

Tus manos, escultoras de mi anhelo, dibujan caricias en mi piel ardiente, y en cada trazo, un suspiro se libera, como un poema escrito en el aire.

Nuestros cuerpos, en un baile sincronizado, se funden en un abrazo eterno, donde el tiempo se detiene, el espacio se pliega, y el amor florece en un jardín secreto.

El murmullo del mar acompaña nuestra entrega, mientras la luna, celosa, observa nuestro amor, y en cada beso, en cada caricia, la pasión se hace música, una sinfonía de placer.

Es viernes, y en esta noche de plenilunio, tú y yo somos uno, una sola alma, perdidos en el éxtasis de nuestra conexión, donde el amor y el deseo se funden en perfección.

Tu piel, un paisaje de cálida textura, se funde con la mía en sagrada locura. Cada beso es un hechizo, un latido sin tiempo, y en cada caricia, el amor se hace eterno.

El viento murmura, contempla nuestro anhelo, y las flores de primavera se inclinan en celo. En el jardín secreto, entre sombras y luz, nuestros cuerpos se encuentran, se unen en deseo.