el brujo de letziaga

La playa.

Siempre estoy en el mismo escenario,
Contemplativa y vestida de oro blanco y amarillo.
Escuchando rítmicas cadencias de oleajes a millones
Sintiendo la sinfonía de la brisa cuando besa el mar inflamado
O notando como un velero inmenso cargado de belleza,
Navega con la música de las gaviotas por la bahía
Surcando los sueños y fundiendo la noche.

 

¡Oíd marineros!
¡Escuchad vosotros..., los del velero!
Echad el ancla y pisad la arena
Qué la luna os alumbra con su luz y el sol os da su verano
Pero yo..., os puedo dar todo eso y muchísimo más.

 

Soy la rubia inocente que amar quiere
Adornada con velos cristalinos y pendientes azules y verdes
Tendida con el pecho jadeante para quién quiera tomarme
Mi bella desnudez..., tan serena y suplicante.

 

Soy toda y siempre
La playa marinera para los hijos de la mar
Hoy como ayer
Siempre llevando a cuestas mi soñar.

 

¡Oíd marineros!
¡Escuchad vosotros..., los del velero!
-Soy la playa que late con un corazón de coral ardiente-