—¡Eres artificial! —
me digo
mientras busco en lo casual,
en lo orgánico,
sentirme más capaz
de obrar
y ver las cosas que consigo.
Y suena esa conexión
tan eléctrica que
me paraliza, me conmueve.
Y siento la irrealidad
de una vida
que tan solo me entretiene.
Dónde todos piden lo onírico
lo lascivo,
donde nada es verídico
Donde todos son el famélico
el impío
donde nadie pide lo ínfimo.