el brujo de letziaga

Amarte es saberte esperar.

Cuando te imagino,
el tren de mis sueños me lleva hasta tu destino
esposado en un vagón con mil cadenas de recuerdos
y entonces te escribo este poema sobre tu sol extraviado.

 

Cuando no te tengo,
recorro las callejuelas estrechas de mi aldea
visitando sus bares oscuros en la nostalgia de mil noches,
entonces visiono tu imagen en mi memoria
y me tomo unas copas intentando olvidar tu ausencia.

 

Hoy es el día
que aún te sueño y no te puedo olvidar.
Amarte es saberte esperar,
poder arrancarte un día tu flor,
incluso cuando no te quede nada de tu bello rosal.

 

Espero que cuando mires por tu ventana pienses,
que allí en la cueva de una aldea lejana
te estará esperando este brujo de letziaga
con su corazón partido y la puerta entreabierta.

 

Entonces..., si vienes no habrá mejor momento para morir,
ni mejor instante para un nuevo amanecer;
y solo pensaré en amarte para volver a revivir.

 

Pues...¿Sabes?.
Sigo sin poder olvidarte.
Pero yo sin consuelo te seguiré esperando
con mi crucifijo negro frente a un espejo roto,
imbuido en el vacío de tu recuerdo.

 

 

 

Te esperaré siempre, siempre siempre...
Hasta que los latidos de mi pulso
dejen de sentirse en las arterias de mi sangre...
hasta la muerte.