Entre delirios y vicios,
Existió un amor prohibido,
Voluntariamente ciego,
Obligado a ser secreto.
Encuentros nocturnos tuvieron,
Mientras por los días se ofrecían desprecio,
Ocultándose el uno del otro,
Para reencontrarse de nuevo.
Fingiendo un nuevo comienzo,
A orillas del atardecer,
Para juguetear durmiendo,
Y olvidarse apenas acabe el sueño.
Así lo recuerdo,
Entre la necesidad y el enredo,
Una relación de ensueño,
Que enloqueció al verse en peligro,
Y jamás sanó,
Así se prometieran buenos términos.
Saboreando el dulce nectar del vicio,
Olvidando al mundo entero con delirio,
Con la fantasía de hacer eterno el último encuentro,
Para luego con amarga tristeza despertar,
Rechazando el volverlo a intentar,
Para con ironía luego volver a fantasear.
Soñando de nuevo con,
Bajo dos lunas,
Volvernos a amar.