Yo, sentada entre las ramas de un árbol
cuento cada hoja que a mi alrededor
ha florecido,
cuento cada hoja que marchita
cae al suelo.
El verde se desprende,
cubre las partes más indefensas
que en mí divisa.
Las nubes se compadecen,
me regalan sus aguas.
Yo, que solo me había sentado
entre las ramas de un árbol
a descansar de la vida,
siento que renazco.