En un sueño creí verte, pero mis ojos estaban abiertos, y entonces descubrí que existías. No podía creer cuanta belleza tenia tu ser, todo en ti era perfecto.
Un silencio me envolvió, encerrando mis palabras dentro de mí
Tú te paseabas ignorando que yo existiera.
A escondidas contemplaba tu hermosura, soñando poder tenerte en mis brazos alguna vez.
Día tras día corría a tu encuentro, en esa plaza donde por primera vez te vi, rogando que estuvieras ahí para poder observarte.
Sentado bajo un árbol, como un niño, solo me conformaba con poder verte reír, ver como tu boca al hablar, formaba figuras con tus labios. El movimiento de tus manos al acariciar tus cabellos.
Todo eso, a mi cuerpo hacia estremecer, y en silencio te empecé a amar.
Buscaba la forma de expresarte mi sentir, pero no tuve el valor para enfrentarte, entonces decidí escribirte una carta.
Junte todos mis sentimientos, y los transmití en ese papel,
Un simple papel que tomo un gran valor para mí, por que en él te declaraba mi amor.
Al día siguiente, tome la carta, y a la hora de siempre fui a buscarte, con un paso apresurado me dirigí al lugar donde tú te encontrabas, y pensaba la mejor forma para entregártela.
Al llegar mire hacia todas partes, pero tú no habías llegado aún. Me senté bajo el árbol de donde siempre te miraba, y ansioso esperaba a que llegues, pasaban las horas, pero tú no aparecías. Rendido decidí regresar al día siguiente, y sentado bajo el árbol te esperaba, pasaban los días, y yo te seguía esperando, pero tú nunca apareciste.
Ya desanimado, y con la carta percudida, decidí esperarte un día más. Tenía una vaga esperanza de poder encontrarte, para entregarte esa carta, donde mis sentimientos estaban encerrados,
a la espera de que tú los liberes, con tan solo leerla.
No lograba entender porque te amaba tanto, pero sabia que te amaba, y mi corazón estaba lleno de amor para entregarte.
A lo lejos pude ver tu figura, al fin apareciste! Una alegría inmensa recorrió mi cuerpo, y la felicidad no cabía en mí ser.
Con la carta en la mano fui a tu encuentro, pero... que era lo que mis ojos veían, alguien mas tomaba tu mano... En ese momento todo se puso negro a mí alrededor, y sentía que ese sueño de amor de repente se derrumbaba, y la alegría que me envolvía se volvió tristeza, mis ojos se llenaron de lágrimas y sentí como mi corazón se destruía dentro de mi pecho. Mire la carta y quise romperla, levante la vista al cielo, y con un fuerte dolor en el alma, a dios le pregunte: porque mi señor? Si mi amor es muy grande, y no cabe este dolor, no entiendo por que dejaste que la amara tanto, y que de amor se llenara mi corazón...!
Pasaste caminando a mi lado y te diste cuenta que yo existía, me miraste a los ojos llenos de lagrimas, y me sonreíste.
Una simple sonrisa, que calmo mi tristeza, que quizás fue el consuelo a mi larga espera, solo fue una sonrisa que tu me regalaste mi amor...!
Porque es tan difícil amar, porque un amor no es correspondido,
Existirá la respuesta a este loco amor?
Tú no te diste cuenta amor que yo te amaba, y esa simple sonrisa que me brindaste, volvió a llenar de amor a mi corazón,
La carta seguía en mis manos, pero que podría hacer con ella, más que guardarla en mi memoria. Todos mis sentimientos quedaron enterrados en mi corazón, esperando algún día poder entregártelos, y decirte lo mucho que te amo.
Ya no mirare el sol, ya no me resistiré, cielos grises sobre mí
Y una lagrima en mis ojos que no sabe dónde va a caer.
Y fue entonces cuando recordé tu sonrisa, y mis lagrimas tenían donde caer al fin. Y ahora miro todo esto, y aun te recuerdo amor.
Y no puedo comprender que fue lo que paso.
Desde entonces, todos los días te miraba, sentado al pie de ese árbol, donde bajo su llanto de hojas secas, jure amarte eternamente, con los ojos en el alma y en silencio.