FRANCISCO CARRILLO

PRINCESAS.

Y que en esto del amor

la verdad, no tengo suerte

me enamoro de princesas

que del amor nada entienden.

 

Conocí a Blancanieves

pudorosa e indefensa,

pero tiene entre sus piernas

el pecado a quien lo pruebe,

con ese aspecto de estrecha

una hiena, al fin de cuentas.

 

Y que al no tener bastante

conocí a Cenicienta,

otra loba disfrazada

en cuerpo de una princesa,

una bestia, una fresca

que de amor no se cansaba.

 

Entonces me enamoré

de otra que era muy bella,

resultó que con la bestia

por la noche me engañaba,

otra guarra disfrazada

con vestidos de princesa.

 

Por fin, me enamoré

de una que parecía

una princesa de cuento,

pero no pude entenderlo

una que al fin valía,

y siempre estaba durmiendo.

 

Porque en esto del amor

la verdad, no tengo suerte

me enamoro de princesas

que de amor, nada entienden.

 

Y que a otra conocí

rodeada por el hielo,

y era tan frío su cuerpo

que nada en mi se empinaba,

eran cubitos sus besos.

 

Nunca aprendí la lección

me enamoraba de ellas,

siempre quise una princesa

para dar mi corazón

para que fuera su dueña.

 

Al poco, me presentaron

una india muy morena,

una mujer que en su aldea

presumía de princesa,

pero vaya decepción¡

eran postizas sus tetas

y guardaba entre las piernas,

lo mismo que guardo yo.

 

Que desastre con mi amor

no encuentro a una buena,

y mira que hay princesas

para dar mi corazón.

 

Después me enamoré

de otra que era princesa,

y que en amor si era fuerte

pero de noche era verde

con orejas de trompeta,

y un aliento repelente.

 

Hay que ver que mala suerte¡

que tengo con las princesas,

no hay una que merezca

tener mi amor para siempre.

 

O quizás, haya buscado

donde no tuve que hacerlo,

es posible que en los cuentos

el amor, no es verdadero.

 

Buscaré fuera de ellos

la princesa de mi vida,

la mujer con la que sueño

la que no tenga mentiras.

Porque princesas, hay a cientos

aunque no son conocidas,

buscaré una que sirva

y que su amor sea sincero.

 

Porque en esto del amor

la verdad, no tengo suerte,

me enamoro de princesas

que de amor, nada entienden.