Carlos Ojeda

Apúrate, mi sulamita.

Apúrate, mi sulamita.

 

A nuestro cielo

lo vestimos de colores

lo llenamos

de amor, risas, alegría y canto.

En él,

la felicidad se paseaba

nos mirábamos el uno al otro

y sonreíamos.

Una melodía ajena

a la distancia

se dejaba oír

lejos de molestar

encantaba.

Y fuimos,

tomados de la mano

dejándonos llevar

por la dulzura del amor

que se percibe

en cada beso.

La caracola nos recordaba

la frescura del Mar

y su calma,

ese camino a la fuente

nunca se nos hizo lejos

en medio de tantos árboles

sabíamos que nos esperaba

un beso.

De la mano tomados,

una mirada, una sonrisa

un no querer partir

deseando la compañía

que se tiene

dando gracias a Dios

para poder seguir.

Y el tiempo pasará

no se detendrá

todavía tengo

aliento y vida

muchos sueños cumplidos

otros tantos por desempacar,

ilusiones que fueron reales

tan reales que parecían sueños.

Apúrate, mi sulamita que

….la vida puede ser corta.

                  Amor mío.