Creí encontrar mi comunidad en palabras declamadas
Por desconocidos unidos con crónicas privadas
Abarqué sus emociones pues me sentí vinculada
Y me tomó por asombro pues, pesaban toneladas.
Me asfixió el estupor porque estaban armadas
Pequeñas y inmensas, inclinadas y elevadas
Apuñalando mi pecho, otras apuntando a mi espalda
Mientras el anfitrión leyendo, de forma desorientada.
Su público aplaudiendo, salpicando falsía
Abandonen romantizar el dolor, eso no es poesía!
A pesar de aullar, me sonreían con hipocresía
Un POETA, lastimado quién lo creería?
Que perfumería el hedor de su celosía
Explotando mis secretos, tornándoles su agonía
En la guerra del amor, cualquier tormento bastaría
En particular, cuando el atacante, es parte de su biografía.
Pensé encontrar mi multitud y topé con restricciones
Debía desistir el arte, por amar con más fuerza varones
Parar de organizar palabras, comenzar a cavilar impresiones
Pues sin una elegante imagen, harían caso omiso a mis declaraciones.
Anda con sigilo ante los nuestros que se elevan como espuma
Traen complejo de profeta y te arrullan en una cuna
De palabras hermosas inspiradas por luna y lluvia
Cuidado, que para destruirte, necesitas sólo el filo de su pluma.