Raul Gonzaga

Todo para mí, Señor

Eres la luz de mi vida,
sendero a la libertad,
ese deseo de amar
y vivir con alegría;

un manantial de agua viva,
en mi mesa pan y sal,
esa codiciada paz:
dulce ambrosía exquisita;

eres la voz del silencio,
esa omnisciente conciencia,
que me conduce al amor;

el amigo más sincero,
el Edén en esta Tierra
y la luz del corazón...