Cris A

NOCHE DE SOLILOQUIO

Solo mi sombra y yo
conversando estamos.
Tanto le hablo
que nunca me ha hablado,
me sorprende.
Muchas preguntas ha escuchado.

 

Yo y mi sombra.
Una silenciosa luna
nos está escuchando.
Por esta luna, creo yo,
que existe mi sombra.

 

Solo esta sombra y mi voz.
Creo que en algo me escucha,
pues parece que igual que yo
padece de una oscuridad que nada cura.

 

La voz y la sombra
aparecen de vez en cuando,
casi siempre a la par.
Nunca de día. La luna secretos sabe guardar.
La voz apenas sale,
la negrura crece,
la voz del cuarto se desvanece,
aumentan las dudas.

 

Al final me doy cuenta
que la conversación es conmigo,
por ello la sombra no contesta
y permanecen las preguntas.
Solo responde la pregunta,
oscura figura:
¿Oyes lo que me molesta?
¿Entiendes lo que me mata?

 

Aún no entiendo por qué aún sigues callada.