José Fas Fonfría

A LA ORILLA DEL RIO.

A LA ORILLA DEL RIO

Reposado junto a ella estoy, dolorido y melancólico,
en este abrupto y escondido paraje, tan bucólico.

Acunando lentamente, los latidos de mi viejo corazón,
aquel, que, en otro tiempo, fuera vivaz y rezongón.

Hoy, más callado, y… más sumiso, ante su coreado disfraz,
alumbra ya pocos sueños y se ha vuelto suspicaz.

Relajado y tranquilo, junto al manso cauce de este río,
enseño a mi alma a volar, a su libre y ansiado albedrío.

Las aguas en su mecido vaivén rozan y tocan la orilla,
lo que me hace recordar, esta sombría y dura pesadilla.

También yo a ella desconsolado, la acaricio sin cesar,
la rozo, la toco, la acaricio, la beso y la vuelvo a besar.

Pero, a pesar de los pesares, aunque llueva o haga frío,
nunca llegan a juntarse, las dos orillas de un rio.