Llaneza

La inocencia

Como flor en primavera 

emerge en tierras infértiles,

 

al ser un don divino 

su sola presencia enaltece,

 

con la mirada ingenua 

toca la sensibilidad,

 

y cautiva con el candor 

los corazones de piedra,

 

en el rostro esboza 

una sonrisa meliflua,

 

y su voz blanca 

es pureza en plenitud,

 

a la malicia sorprende 

su benevolente actitud,

 

y su alegría ostensible 

contagia en el ambiente.