Fiesta en el principio del mundo
y en los albores de la humanidad
Fiesta en cada segundo
y fiesta será el final.
Fiesta en ese vuelo de la mariposa
coqueteando entre las flores
en esa explosión de colores
que tanta belleza reboza.
Fiesta en la montaña majestuosa
coronada de nieves eternas
y en sus ríos que semejan
collares que la adornan.
Fiesta en el arrullo del arroyo que serpentea manso
bajando la montaña entre honores
que alegremente le rinden las flores
hondeando sus siluetas por la brisa del remanso.
Fiesta en la mirada del niño inocente
en su demanda impaciente
en sus travesuras diarias
y en su sinceridad lapidaria.
Fiesta en esa noche de relajo
de familia y amigos sin etiquetas
con nombre propio y sin caretas
que hoy y siempre están a mi lado.
Fiesta en los pantanos
en los ríos y en los prados
en las montañas y en los llanos
en su cuerpo y en mis manos.
Fiesta en la mujer que amo
en su boca que dice sin palabras
en sus cabellos, en su mirada
en sus pies inquietos y delicados
que junto a los míos transitan los años.
Fiesta en el reencuentro
que pensaba perdido
entre sus dedos y los míos
inolvidable suceso.
Fiesta en sus ojos pardos
en su piel de seda
y en la lubricada cueva
donde entre alucinado.
Fiesta en esos cuadros
que pintaba en la arena
aquella noche de luna llena
preludiando un maravilloso verano.
Fiesta en sus sencillas palabras
que animaban mi alma en pena
que me sacaron de la siesta
donde estaba mi suerte echada.
Fiesta en ese interminable cielo
que me sostiene con sus dones
que me quita los rencores
y me hace andar contento.
Fiesta tengo en la tierra
pero mas tendré en el otro mundo
donde llegaré moribundo
pero no sin antes, cumplir con mi tarea.
SANTIAGO ALBOHERNA