I.
Mujer, prodigio de Dios,
te cubren las maravillas
que como mujer ostentas
por belleza y fantasía.
El mundo se ha edificado
sobre columnas fallidas
porque lo rige la fuerza
que es fortaleza fingida.
El día a día demuestra
que la auténtica heroína
en la evolución del mundo
es la mujer. ¡No es mentira!
El hombre tiene el vigor
que sus músculos propinan
y eso lo ha hecho acreedor
del mando que nos domina.
II.
Dios le entregó a la mujer
el poder de dar la vida
pero se olvidó del cuándo,
del por qué, de tanta prisa.
El mundo porta en alforjas
las mayores injusticias
como es el hacer mujer
el cuerpo de una chiquilla.
El ser humano no piensa
lo que pensar debería
y deja que sus instintos
impongan su tiranía.
La existencia se hace corta
por lo que dura la vida
pero hay tiempo suficiente
si supiéramos regirla.
III.
Te hiciste mujer muy pronto
sin probar quizás la vida,
viviste la adolescencia
y la juventud de un día.
Corriste sobre la arena,
sobre las noches corrías,
más en amor las carreras
son ya carreras perdidas.
Lo que tú creíste un viaje
se convirtió en travesía,
es lo que tiene un momento
cuando se bebe deprisa.
Ahora ya has sido madre
y gracias das a la vida
más cuando cierras los ojos,
¿a dónde fue aquella niña?