El tiempo viaja
Dando señales disímiles:
Un día, emerge
Con aires frescos,
Otro, agoniza
Junto a una circunstancia
Menguada por el tedio…
A veces rápido,
Otras, muy lento,
Va gastando
Los hilo del reloj,
Tras los destinos
De un mundo que se apaga
Dentro de mi corazón.
Desenredando una madeja extraña
De ojos escurridizos,
Que absortos ven,
Como el mundo
Se acelera, cada vez más.
Viajo hacia mi destino,
Acompasado con las anchuras
Taciturnas de los versos,
Que manifiestan que sólo podemos escapar
En imperceptibles momentos…
Con los años,
Miramos con el rabillo del ojo
Hacia atrás y hay un trayecto
Que obliga a seguir transitando,
Sin ganas, maltrechos,
Afectados por las futilidades
De primaveras ilusorias.
Resiliente a los horarios
Y en tránsito hacia la muerte,
Pensando un mundo,
Que nos abraza y nos escupe
Como trapos viejos,
Sin futuro... sin certezas.