Zoraya M. Rodríguez

**~Novela Corta - 3078~**

Novela Corta: 3078   

Por: Srta. Zoraya M. Rodríguez Sánchez

Seudónimo: EMYZAG

Comenzada: 19 - 23 (27-30) de junio (1-2) de julio de 2024…

Publicada: 2 de julio de 2024…

Terminada: 1 de julio de 2024…

Editada: 2 de julio de 2024…

Mi #21 de novelas cortas en el año 2024…

Mi #176 de novelas cortas hasta el año 2024…

7006 Palabras 10 Páginas

  






~ * ~Sinopsis:

~ * ~Novela futurística, donde Lilly comienza a elaborar vestidos futurísticos del año 3078, la idea, la confección, la realización y la comercialización de esos vestidos, su competente competencia luce antes su creación y Lilly tiene que defender ante un tribunal su idea inédita de esos vestidos futurísticos y, ¿cómo lo logra?, Lilly gana o pierde la contienda…





Sucesos:



  1. Lilly decide elaborar vestidos futurísticos del año 3078…
  2. Lilly confecciona los vestidos mentalmente, pero, no eficazmente ni físicamente…
  3. Lilly sabe que las paredes tienen oídos y, ¿qué hace Lilly?...
  4. Lilly posee la idea más futurística en crear esos vestidos…
  5. La competencia de Lilly hurta la idea y los vestidos a Lilly y los comercializa antes que ella pueda confeccionar…
  6. Lilly se enfada y logra entrever que los vestidos son futurísticos…
  7. Lilly demanda a la competencia y fragua su defensa…
  8. La competencia mantiene su firmeza, pero, Lilly su gran idea…
  9. Lilly se aferra a su idea y la defiende a espada contra pared…
  10. Lilly gana o pierde la contienda en un tribunal por defender su propia idea…






Lilly es una joven con sueños e ilusiones, de ojos de color azul, de cabellos rubios y piel de seda o de porcelana. La idea de Lilly es poder fabricar, confeccionar, elaborar y con la sola idea,  crear vestidos futurísticos para su propia empresa. La vida de Lilly comienza cuando fragua la idea en confeccionar vestidos futurísticos, vestidos de colores, nueva moda, con brillo y sin brillo, las lentejuelas, canutillos, perlas, diamantes y piedras quedan en la era de la década del año 2000 y Lilly no desea convertir su idea en un cliché de moda. Lilly desea convertir a su gran idea en un evento precedente, en un preámbulo innato y en una actividad futurística, pero, Lilly comete un error, un grave error, un yerro sin igual y una dureza en actuar de la forma más precavida y más adyacente posible en converger tal situación. Lilly demuestra que es de estirpe segura, que es de un linaje innato y que su vida ha de cambiar con la única idea en confeccionar vestidos futurísticos del año 3078. Los vestidos futurísticos que confecciona Lilly los elabora mentalmente, los fragua con numen inventivo y con una sensación innata desde su propio corazón. Si desde que comenzó todo, todo fue fabuloso en la mente de Lilly. Lilly, desde que comenzó la gran idea por fraguar con un numen inventivo, se dio la forma más efímera, pero, más concisa y más indeleble como la gran razón inerte que posee por pensar elaborar sus vestidos más bellos y futurísticos. Lilly piensa en elaborar esos vestidos siendo una joven llena de ilusiones y sueños sin ser demasiados obsoletos sino trascendentales y muy futurísticos. Cuando, Lilly comienza a dar una sola señal pasajera se siente como un ademán frío y con tanto frío delirante desde que piensa en confeccionar y elaborar lo que nunca, un sólo vestido innato y fraguando lo que nunca, piensa e imagina en una decadencia fría que transcurrió en la década del año 2000. Y no, no, no quiso un cliché de moda cuando sus pensamientos van más allá de la imaginación innata y de la creación original en poder crear una moda y cada vestido tan original como futurístico que son realizados del año 3078. En el año 3078, los vestidos forjan un futuro incierto, una magia trascendental y muy intrínseco instante. En el año 3078, se debate una frialdad de vestidos sobre la caricia en obtener a ciencia incierta en crear la única solución petrificando la manera en elaborar un vestido siendo tan futurista como son del año 3078. En el año 3078, la magia sobrevive y la era trasciende, la forma de la moda se ve y se siente inigualable en la forma de vestir y en sobrevivir con la moda extranjera y local desatando una fuerza tan delirante en como vestir a la moda. Lilly desata una forma de ver al cielo de colores en vez de un azul celeste y de un gris tormenta, no, no, no lo ve así, si ella siente lo más intrascendente de un sólo todo y con la misma fuerza esperando a que la vida quisiera derribar el letargo inerte en poder crear una confección casi irreal, pero, muy certera y muy cierta en el cometido en elaborar unos vestidos futurísticos y que por demás son muy bonitos e intrascendentes. Cuando, en el alma de Lilly y su creación por elaborar lo más cometido de un todo se aferró al desierto frío en cometer un sólo pensamiento y era el de elaborar con calma, con paciencia y con pertinaz encuentro de creer en el ademán frío en confeccionar a esos vestidos de forma natural y trascendente. Lilly sólo presiente un ademán frío y tan lleno de calor, como el deseo en poder converger en obtener una sola imaginación innata y tan fría como el agua de lluvia o como el bello manantial.  Lilly en el ademán frío se siente como el suave delirante en crear una creación fría y autónoma en poder sobrevivir en un trance directo, Lilly sólo piensa e imagina que su idea forma una sola creación directa en confeccionar vestidos futurísticos que fueron una sola idea y de una gran moda. Lilly forma una idea en confeccionar los vestidos futurísticos donde se debate una idea y una forma de ir más allá de la verdad. Cuando, en el alma de Lilly, se debate una sola sorpresa de un sólo destino que segrega la idea en poder confeccionar un vestido y es el de un futuro no muy lejano ni remoto, sí, del año 3078. 

La idea de Lilly es confeccionar y dibujar en papel lo que tiene en la sola imaginación. Lilly va más allá de la única razón porque piensa e imagina en confeccionar esos vestidos futurísticos  cuando gana una sola contienda y es la gran idea en imaginar esos vestidos. Lilly va más allá de la verdad y de la sola razón incierta en demostrar que puede realizar una fortuna con tan sólo confeccionar vestidos futurísticos y más que se reflejan en su imaginación del año 3078 cuando vive actualmente en la década del 2020. Si Lilly fragua mentalmente esos vestidos futurísticos, por los cuales, se aferra la idea en converger en el alma una sola idea fija y más que eso eficaz en el miedo y sin poder realizar sus sueños. Si en el instante se siente y se percibe como eficaz es el tormento de dar una sola idea en sólo confeccionar a los vestidos futurísticos y creados todos por Lilly. Cuando, Lilly por naturaleza, por imaginación crea y fragua en numen inventivo a unos vestidos futurísticos, por los cuales, se aferra la idea en converger una sola manera de ir más allá de sus propios sueños. Si sólo el sueño de Lilly es converger un delirio delirante en atreverse a confiar en la sola idea en confeccionar a los vestidos más delirantes y creer que la idea se convierte en una sola buena cosecha en cultivar lo que más quiere y desea, a esos vestidos llenos de un futuro más que incierto. Si sólo desea converger Lilly como la fashionista más deseada de la temporada fabricando y elaborando vestidos futurísticos del año 3078 en la década del 2020. Cuando, en el alma de Lilly, se aferró al deseo inerte de atreverse a desafiar la forma y la manera de enriquecer una fortuna y una creencia en ser la fashionista más deseada de todas las temporadas. Lilly se sintió como un fuego inherente y como un fuego devorador inestable de sentir y de percibir la idea en subir hacia el cielo inalcanzable. Cuando Lilly en el combate de amarrar la idea en convertir la forma en confeccionar la idea en vestidos futurísticos del 3078, si se aferró Lilly hacia la magia trascendental y eficaz de un tormento por ser alguien que convierte sus ideas en certera ambición. Si Lilly se da a la idea más efervescente en convertir la forma más ideal de una sola idea o imaginación innata en saber que los vestidos son esenciales para la moda fashionista. Lilly se aferró al deseo inherente en atreverse a desafiar la idea en convertir sus confecciones en vestidos futurísticos y más del año 3078. Lilly se siente como una idea firme y muy tenaz en el alma desierta, pero, muy vivaz en el tormento y en la tempestad fría de sentir que sus vestidos son la fuerza, la firmeza cierta y tan certera de crear una moda en un sólo instante. Si Lilly se viste de paciencia como en la moda y en la creación de esos vestidos futurísticos del año 3078, los cuales, son creados de tal forma y de tal manera que el alma de Lilly se funde de ternura y de un capricho exótico, por lo cual, se siente como una insistencia dada y ofrecida como el tormento de una ira incontrolada en saber crear una sola moda y una sola creación autónoma en saber que sus sueños son casi realizados, pero, sólo, imaginativos y mentalmente. Cuando, en la alborada comienza a salir el crepúsculo, Lilly comienza a discernir mentalmente la creación y tan exótica en elaborar esos vestidos futurísticos del año 3078. Si Lilly se convierte en razón inocua, pero, muy trascendental, muy vivaz y muy remota la idea de convertir esos vestidos en deidad exótica. Lilly le ofrece incluir perlas, canutillos, diamantes, piedras y lentejuelas, pero, no como en la década del 2000 sino con un toque presencial del año 3078. Cuando, en el trance perfecto de la vida y de la verdad, Lilly se aferró al eterno frío de la temporada y de un invierno casi translúcido sin combatir la proeza de vestir con la moda invernalmente. Cuando, en el tiempo y más en el ocaso, Lilly se sintió como una musa inspiradora para crear vestidos futurísticos del año 3078. 

Lilly sabe una cosa, es la esencia más fría y más indeleble en crear vestidos futurísticos del año 3078. Lilly crea la moda y la perfección más imborrable en hacer del problema una sola solución que petrifica en la vida una sola contienda, es en la forma y en la manera de crear esos vestidos desde su propia mente. Cuando, en el albergue del corazón de Lilly, se nota aferrarse al instante más frío de la temporada de un invierno casi indeleble y sin poder olvidar. Lilly fragua desde su propia imaginación un invento, una creación o una moda, por la cual, libera a su trascendental forma y manera de creer en el alma fugaz como la forma más indeleble cuando en el frío arropó a toda su alma. Lilly, una joven llena de sueños poco realizables se convierte en un ícono de la moda fashionista para la década del 2020 creando moda y vestidos futurísticos del año 3078. Lilly se torna exasperada cuando en su imaginación quedan los vestidos más fabulosos en fraguar lo más pernicioso de una mente inventiva y fue la moda, lo fashionista, y lo ideal en crear una prenda de vestir, pero, del año 3078 en la década del 2020. Lilly sospecha que tienen oídos las paredes, por eso, ella crea su moda en la  mente más inventiva, más fabulosa y más imaginativa, cuando crea lo más indecoroso en poder vivir de la creación innata en realizar una moda trascendental. Lilly comete un grave error y es poder realizar su creación en dibujos de papel cuando se torna exasperada la forma que las paredes tienen oídos. Y, Lilly sin saber de la forma adyacente de esos oídos competentes y es una rígida competencia, la cual, se aferró al desaire de crear su creación en papel dibujante. La competencia la sigue y la persigue porque en realidad como dice el refrán que las paredes tienen oídos. Cuando, Lilly dibujó su más efervescente idea en papel dibujante, pero, sin saber que las paredes tienen oídos sabe una cosa que tendrá que deliberar la forma más real en defender sus ideales y, más, su creación más fabulosa, más inventiva y más fashionista de toda la década del 2020. Y, todo porque Lilly crea su moda más fashionista como lo más real que quedó cuando sus dibujos son hurtados por la competencia y de la forma más vil dejando inerte e inmóvil al corazón de Lilly. Lilly se dirigió al baño de damas cuando en el ademán más frío de la toda la temporada de su bolso le hurtan los dibujos de la moda más efervescente en la década del 2020, es una creación que se dirige hacia el año 3078. Y, Lilly sintiendo la fuerza en el alma y, sólo, sin detener la forma en poder amar a su creación más importante de la década 2020 salió del baño y sin darse cuenta dejó los dibujos en el baño de damas. Lilly se torna exasperante cuando mira a su bolso de cuero y sin tener a los dibujos con su más bella creación de los vestidos futurísticos del 3078, se torna exasperante. Cuando, en el alma y más en el cometido, Lilly cae sobre la mísera atracción y se debate una sola conmísera alma desierta y sin futuro. La paz y la aventura en ser Lilly una joven llena de sueños por ser fashionista quedan en el tintero o en un escollo de una pregunta en soledad cuando el rumbo y en el silencio es un sólo tormento. Cuando en el alma de Lilly se siente como se percibe, una fuerza, una ilusión en demostrar y en defender a su creación más importante de una joven llena de sueños, pero, sin saber ni tan siquiera sospechar que las paredes tienen oídos y sin poder hacer nada queda Lilly y sin tener más ilusión que la pérdida de sus vestidos más creados por su propia imaginación. Los vestidos futurísticos de Lilly quedan a la intemperie y tan abandonados, pero, no, no muy creados por la competencia de Lilly sin saber, ella, que las paredes tienen oídos y que sus vestidos futurísticos son más que hurtados. Si del 3078 son esos vestidos más vistos y más futurísticos que comienzan a salir con la competencia hacia un destino tan cálido como el ser la sensación y la moda más fashionista de la temporada y de la década del 2020.

Lilly, en vez de pensar que su obra, creación y moda fashionista fueron hurtados, crea e imagina sin saber y ni tan siquiera sospechar que sus vestidos son creados de tal forma y de tal manera que sus creaciones no fueron hechos como fueron originalmente creados por ser hurtados. Lilly percibe y se sienta en mesa y con lápiz en mano a crear más vestidos del año 3078, siendo éstos los vestidos más futurísticos de todo evento y de toda moda fashionista en ser creados por Lilly. Si fueron esos vestidos más que el altercado frío y más que el siniestro cálido de un torrente de soles desérticos en el mismo cielo por donde se pasea el cometa de luz. Fiebre en el alma de Lilly es como una fugaz estrella en volver a crear y hasta mejor aquellos vestidos futurísticos como nueva fashionista y tan real como la misma impoluta verdad de que esos vestidos son de la fascinación y creación de Lilly. Lilly, sí, ella, sólo inventa una moda fashionista sin ser cliché en las creaciones de esos vestidos futurísticos del año 3078, y Lilly se da cuenta de una cosa que sus creaciones tienen vida y más que eso riquezas autónomas por ser como la costumbre de dar al mundo una sola creación y una sola moda en ser una fashionista con clase, con gremio y con gama. Cuando, Lilly en la alborada cambió todo por una vez en que el silencio se cuece de un sabio instante cuando en la calma se cuece de un sólo instinto sin deber a que sus creaciones son tan buenas como eficaces en la materia en dar una sola solución al problema del hurto de sus creaciones. Y, a eso, Lilly se aferró el desastre en regresar a crear nuevas creaciones más de las que ya había dibujado en papel siendo la joven llena de sueños y por ser una fashionista de la moda sin poseer un cliché. Y Lilly fue demasiado alto cuando su moda y su creación sobrepasan límites extraños y en demasiado porvenir incierto de un futuro que no llega, aún. Lilly corre ser como la travesía en dar una salida de esas creaciones futurísticas del año 3078. Si dentro del corazón abierto de Lilly se torna infructuoso, débil y muy certero como en el alma una sola salida en crear lo que sucede en su numen fraguando lo que más quiere en el alma, Lilly con sus dibujos en papel de un esquema en vestidos futurísticos del año 3078. Lilly y sus inventos futurísticos del año 3078, hacen de la vida y de sus creaciones una moda trascendental, intrínseca y muy innovadora. Cuando, en el alma de Lilly y sus funciones, fragua unos vestidos formales del año 3078, se hace como se nace la creación futurísticas entre los sesos y la mente cautivadora de Lilly en crear una moda sin clichés. La mente de Lilly crea una conmísera atracción en observar a su creación más contundente y más fría como en la creación en la mente más álgida y gélida en poder crear esos vestidos del año 3078. La lira de esos vestidos creados por la fashionista Lilly son tan eficaces y tan trascendentales como la vida que se cuece la llama en la fogata. Si Lilly se siente como la vida y como la más hermosa flor creando los vestidos más lindos y más verdaderos con piedras como perlas, diamantes, canutillos y lentejuelas dejando atrás la forma en poder crear a un vestido del año 3078 sin ser demasiado cliché en la década del 2020 de donde era la temporada de Lilly. Si Lilly se torna exasperada como el mismo tormento en que crea dibujando a esos vestidos del año 3078. Lilly crea desde su propia inocencia la formación de esos vestidos futurísticos del año 3078 y todo porque en el afán de crear es insolvente a la pureza y a lo insoluble de crear algo casi trascendental. La vida de Lilly converge en un trance directo y casi perfecto con la imagen que crea con esos vestidos casi translúcidos y transparentes con tela en dibujos casi intrascendentes. La forma de crear en papel y dibujo con esos vestidos del año 3078. 

Lilly observa que alguien crea sin fronteras ni murallas los vestidos más trascendentales por la creación de Lilly. Si, Lilly electrificante, como el torbellino, dejando un sólo desastre en el camino, se identificó como la misma ira o como el mismo desastre en dejar a su paso un lamento. Y Lilly era como el dolor y se halla como el sufrimiento perenne después de perder a su creación y a la moda más electrizante por poder creer que ser una fashionista de la moda sin cliché desató un sólo mal momento en que el mundo juega un sólo cometido y más con su propia creación. Lilly crea una sola verdad y es que su mundo se recrea como el mismo dolor en que el sabio instante se debate en un frío y tan insolvente mal momento que sus creaciones de moda existente y más del año 3078, son tan eficaces como el mismo lamento, pero, en el alma de Lilly se siente como se percibe, un deseo de saber quién hurtó a su creación más predilecta, más leal de un numen y, más, de un poder inventivo como el de Lilly que ningún otro fashionista pueda hacer. Lilly en el afán en dar una comitiva y tan frustrante que sus creaciones son evidenciadas y confeccionadas por una competencia y fue así, que Lilly sabe que sus creaciones fueron hurtadas de tal manera y que fueron confeccionadas por otra compañía, la cual, sigue y persigue a Lilly en el afán y sin otorgar mérito a la fashionista ideal de la moda más vanguardista de la década del 2020 en la creación de vestidos futurísticos del año 3078. Si a Lilly le llega un nudo en la garganta cuando en el suburbio del corazón se aferró a la insistencia por ver a sus vestidos que se aferran a la idea de converger que la competencia deliberó la persistencia en ofrecer una gala o pasarela con la moda fashionista de Lilly, y Lilly se aferró a la idea y a la moda en hacer creer que irá a defender su creación más futurista y del año 3078. Cuando, en el albergue en poder creer en el alma muerta de un sólo espanto se debió de crucificar en una cruz el alma de Lilly cuando, observa que sus vestidos futurísticos son presentados en una gala o pasarela de moda fashionista. Lilly hace un trance perfecto en el afán de creer que su colección de vestidos fueron hurtados de tal forma y del tal manera cuando en el afán de observar la gala o la moda en pasarela se convierte en un freno y tan desafiante como el poder defender esa colección a espada contra la pared. Y, sí, que marcó trascendencia y tan trascendental como la vez aquella que comienza a decaer el alma de Lilly cuando observa que la moda que pasa en pasarela es la colección de su numen inventivo, por la cual, la creó desde hace poco y que su colección fue hurtada desde el baño de damas que ella visitó. Lilly se siente decepcionada, abatida y tan adolorida como esa marca que comenzó a realizar competencia en contra de Lilly. Los vestidos futurísticos de Lilly comienzan a delirar entre la gente por la moda intrascendente y muy conveniente para posar en la revista de moda más controversial, pero, Lilly detiene todo con tan sólo demandar a la empresa competente de que le han hurtado sus ideas y su moda fashionista de vestidos futurísticos del año 3078. Cuando, en el ademán frío de sus manos y de su mente fuera de lo común, Lilly se aferró al aire destrozando a la vida y, más, a la herida en su pobre corazón de que esos vestidos futurísticos fueron más que hurtados y presentados como la moda más intrínseca de la década del 2020 cuando son del año 3078. Es la única defensa de Lilly. Y Lilly, como fue, se fue lejos de allí cuando, su creación fue más que robada, hurtada de un numen inventivo y de una creación casi intrascendente como la vez que los creó sin haber confeccionado, sólo, eran dibujos en papel, de los cuales, fueron hurtados como una manzana a un niño. Y, Lilly quedó desesperada como muy intrínseca cuando en el alma no hubo más luz que la plena oscuridad desde su propio corazón.

Lilly se enfada porque la competencia le ha robado una pertenencia, una creación o un invento creativo como lo es la moda creada del año 3078 en la década del 2020. Y, fue que, Lilly quiso extrañar la fuerza o la debilidad enfrascando un sólo tiempo y un sólo suburbio en el mismo corazón. Y fue que, Lilly quedó como el aire o como el alma en socavar a la razón inerte e intrascendente de un cometido en buscar del alma una sola luz desierta. Y Lilly se fue de rumbo y sin dirección fija, creó el tormento en hacer desaparecer del momento una luz, la luz en que el alma quedó como el aire y tan abstracto que quedó como ese aire en el silencio autónomo en dar una conmísera mala atracción en caer rendida ante su propia creación y con la moda creada de su propia imaginación. Lilly se enfada tanto y por tanto que, sólo, quedó de brazos cruzados o en hacer saber la pureza e impoluta verdad. Lilly, después de observar que la moda en pasarela era la moda que ella había creado, quedó atónita y tan estupefacta que no quiso más dibujar en papel lo que su invento en numen quiso interpretar y ofrecer al mundo por la creación de esos vestidos del año 3078. Cuando, en el suburbio autónomo y con la posibilidad en sublevar lo que más quiso en el alma, Lilly, con su insistente y delirante corazón, quiso ser como el ademán frío de un delirante trueno que fue como el mismo relámpago que cae desde el mismo cielo en que se cuece el numen inventivo en formar una moda sin ser cliché. Si la fashionista Lilly quedó como la autonomía creada por el tiempo y por el ocaso insistente por caer el sol en cada atardecer, si en la insistencia quedó como la alborada fría cuando nace nuevamente el sol. Y Lilly se enfrasca en la sola idea en poder defender su creación como toda fashionista de la moda y, más, en la creación autónoma de esos vestidos futurísticos que fueron creados del año 3078. Cuando, Lilly dilata la vida y, más, el solo corazón en entretejer la vida y la insistente defensa en poder defender a su sola creación. Y, sólo, la penitente verdad de Lilly quedó en la sola soledad cuando por defender a su fría verdad quedó como el mismo tormento y tan frío como el sólo deseo en converger la idea en poder creer en defender a su moda siendo la fashionista más controversial en poder haber creado unos vestidos futurísticos del año 3078. El cliché quedó a la deriva cuando los vestidos futurísticos del año 3078 quedaron como la órbita lunar de la competencia más eficaz de todos los tiempos. Cuando, en el ocaso se pierde la conmísera atracción en poder creer en el alma muerta de un sólo espanto que casi se pierde la idea o la moda de Lilly entre la competencia más fashionista de toda la década del año 2020 siendo del año 3078. La vida de Lilly quedó en el tiempo y más entre el ocaso vivo de un sólo atardecer cuando observó que sus ideas y su moda quedaron como el cliché y sin ser una moda creada en nuevo e inédito porvenir, pero, del año 3078. La moda quedó como el siniestro cálido y como la más inerte de las fuerzas, pero, entre las manos de una fría competencia que ha plagiado su creación más innata y más natural como lo fue la moda creada con vestidos del año 3078. Lilly, la famosa fashionista de la década del año 2020 con vestidos futurísticos del año 3078 quedó atónita y tan insolvente en que sólo fue su idea la marca más trascendental e intrínseca de toda verdad impoluta de que sus vestidos fueron hurtados de tal forma como los dibujos en papel de la creación y de su propia autoría con vestidos futurísticos y del año 3078. Si Lilly fue la modista más fashionista y, sólo, deseó que su obra y que su moda fuera tan controversial como conceptual de la misma forma en que sus vestidos futurísticos fueron creados de un numen muy inventivo y del año 3078. Lilly fraguó la forma más conveniente en poder creer que su moda es la más trascendental como la más real que quedó como la idea hurtada en poder creer en el alma una sola idea en ser la más famosa fashionista de la moda del año 3078.

Lilly desea demandar a su más fuerte competencia por haber hurtado sus vestidos futurísticos del año 3078, creados por ella. Lilly desea hacer saber de la idea y de la moda más fashionista de toda creación en la moda más conveniente para formalizar la idea en haber creado unos vestidos futurísticos y, más, del año 3078 y decide demandar a su competencia. Y todo porque en el alma de Lilly, quedó como la más fuerte competencia en hacer una impoluta y certera verdad de que esos vestidos futurísticos del año 3078 son de la idea de Lilly, pero, hurtados. La defensa de Lilly es que los vestidos futurísticos son del año 3078, y fueron edificados de tal forma como la idea más intolerable en hacer ver que fueron dibujados y creados para el año 3078 sin ser de la década del 2020 como lo hace comprender la competencia de Lilly. Lilly fragua la idea más conveniente y más eficaz de todos los tiempos en que el insolvente momento se debe a que esos vestidos futurísticos provienen del año 3078. Lilly y su idea más efervescente se torna más real que la idea de la competencia en hacer valer a su insistente coraje en hacer valer su verdad más certera y más impoluta ante un tribunal por el hurto en la creación de esos vestidos futuristicos que provienen del año 3078. La vida de Lilly se aferra a la demanda que dilucida en un tribunal y todo por el hurto de sus creaciones, sí, los vestidos futurísticos y del año 3078, hechos por ella. Cuando, en el alma de Lilly, se aferró al deseo ambigüo, pero, muy continuo en hacer superar las fuerzas que le restan, cuando sus vestidos futurísticos y del año 3078, se convida una sola mala atracción en haber sido hurtados y, más, por la cruel competencia de Lilly. Si Lilly convidó en el alma como la luz inerte y en el corazón una sola razón, por la cual, se siente como el pasaje de creer como el ave en el cielo. Y Lilly se aferró a la idea en querer converger que el destino se aferró a la idea en convertir lo que encrudece de un sólo mal tiempo cuando en el ocaso y en el cielo se debate una sonrisa inocua, pero, muy sarcástica cuando Lilly desea sólo en el tiempo una cruz edificada. Cuando, en el alma en querer sobrevivir de un sólo mal incurable se siente como el hechizo en saber que el destino es frío como la vez aquella en que Lilly observó que el tiempo y el ocaso se va el sol, pero, sólo Lilly quiere enredar su insistente defensa en saber que el silencio es tan persistente, pero, muy inocuo y Lilly sólo desea saber que quiere la perfección de su cometido cuando la fuerza es entregar hasta el alma en hacer valer su impoluta verdad y certera certeza ante todos y ante el mundo. Cuando, el alma de Lilly se debate ante la ira y ante la insistencia en petrificar su defensa como el de una mujer valiente, cortés y muy honesta por defender su idea y su moda más fashionista sin un cliché. Lilly en el alma, quedó como el suburbio autónomo en poder hacer creer en el trance directo a cuestas de la verdad impoluta cuando en el alma de Lilly se aferró a la idea y a la moda más trascendental como impoluta es la verdad en poder defender lo que más desea y es la fuerza en amar y proteger a su propia idea. La manera en creer de Lilly es la defensa más real y más trascendental como la misma forma en poder dar una defensa a esa demanda frívola y que ha sucedido a través del hurto de su creación. La idea de Lilly, se debe a que el hurto de los vestidos futurísticos del año 3078, los ha hurtado la competencia, lo peor es que los han confeccionado y los han modelado las modelos más fashionistas y controversiales de la moda en la década del 2020. Si Lilly se ha convertido en una fiera, tan eufórica y enfadada con la creación de ideas más febriles y que en cada recelo de la existencia se pierde en defender su idea más fabulosa en haber creado vestidos futurísticos y del año 3078.

La competencia para Lilly mantiene su total firmeza en haber creado a los vestidos más futurísticos del año 3078 y Lilly mantiene la proeza de su propia idea en ser la fashionista sin cliché por haber creado e inventado esos vestidos. Si Lilly se aferra a su eterna idea en ser la única dueña con haber fraguado la idea más descabellada en haber creado esos vestidos futurísticos del año 3078. Lilly creó, perfeccionó en papel dibujante la idea más fría y a los vestidos más efervescentes de la década del 2020, pero, que en realidad son del año 3078. Lilly en el tribunal mantiene a su idea más atrayente para que delibere el jurado, pero, la competencia mantiene su única firmeza en ser el dueño de la colección de moda de Lilly, cuando sus vestidos fueron hurtados, de tal manera. Si Lilly quedó sin ilusión, sin moda y sin vestidos, hasta que el evento quedó inmóvil como aquellos vestidos del año 3078 y que fueron hurtados de, tal forma, de la mano de Lilly. Y Lilly con idea en mano y con recelo de la demanda que le impuso a su competencia defiende a espada contra la pared sus ideas, su moda fashionista y hasta la creación más intrínseca de todos los tiempos y que son los vestidos futurísticos y del año 3078. La idea de Lilly se convierte en un sólo trance intelectivo, el más deseoso de todos los tiempos y que la coraza de su corazón se convierte en un fuego devorador por defender a su única idea. Lilly se aferra a su idea más trascendental, más real y más innata como la impoluta verdad. Lilly en el tribunal y con el afán en defender su moda más fashionista ante la vida, ante la competencia, ante su propio pensar e imaginar cuando, la moda de los vestidos le pertenece exclusivamente a Lilly sin haber sido hurtada por la competencia. Lilly quiso ser la fashionista más connatural de todos los tiempos cuando creó e inventó los vestidos más naturales del año 3078 en la temporada del 2020. La vida de Lilly converge y concierne en un afán indeleble en poder demostrar ante un tribunal que la colección de moda le pertenece a ella, nada más, y que, fue una moda de vestidos futurísticos hurtados por una competencia que la persigue y la atosiga. La vida sin detener su paso ni su creencia que Lilly desea defender a su creación más trascendental en hacer que su impoluta verdad brille, a pesar, del hurto de la competencia. La vida para Lilly comenzó en un altercado tan indeleble como el haber dado rienda suelta a crear esos vestidos futurísticos del año 3078 y que fueron dibujados por la mano, por el numen, por haber fraguado e inventado y ser creados por Lilly. Los vestidos más controversiales cuando la noticia sale a relucir entre los medios de comunicación es que Lilly comienza a defender fuertemente a esos vestidos creados del futuro y del año 3078. La vida para Lilly se aferró al delirio delirante en crear una defensa, un tiempo, un futuro por haber inventado una colección de moda y más del año 3078. La vida para Lilly demuestra que, sólo, desea que la colección de moda sea venerada por su propio nombre y por haber sido la famosa fashionista sin cliché que haya creado tan fabulosa colección de moda. Los vestidos fueron hechos y creados de tal manera como estaban impresos en los dibujos creados por Lilly. La vida comienza para Lilly en hacer demostrar que la colección hurtada le pertenece precisamente a ella. Lilly percibe que no podrá sustentar la defensa que posee y todo porque la competencia ataca fuertemente a la defensa de Lilly. Lilly defiende su idea más trascendental, más intrínseca y más indeleble cuando defiende a espada contra la pared a la colección de moda que le fue hurtada porque puede demostrar que son creados futurísticamente sin ser de la década del 2020. Lilly defiende su idea más trascendental y más indeleble formando una defensa natural, muy lógica y sin faltar fundamentos.

Lilly con defensa en tribunal defiende a esa colección innata en contra de una competencia que hurtó a sus vestidos futurísticos del año 3078 y sin saber que son del futuro, los presenta en una colección de moda modelando modelos internacionales, pero, les faltó que pertenecen a un futuro no muy remoto, del año 3078. Lilly defiende a la colección de moda ante un tribunal esperando defender lo suyo en contra de una competencia que hurtó a los vestidos de Lilly siendo la moda más perenne, intrínseca y trascendental. La vida para Lilly es crear vestidos futurísticos y hacer que la creación sea famosa en cuanto a moda fashionista, deseo de moda y que sea una colección controversial para las revistas de moda. Lilly en el afán en poder defender a la colección de moda que le fue hurtada con sus dibujos en papel por haber creado e inventado una moda futurística del año 3078, por la cual, Lilly defiende en un tribunal por demandar a su más vil competencia. La vida de Lilly se aterra por sentir que su defensa no le es suficiente cuando su defensa era que son vestidos del año 3078 y no de la década del 2020. Lilly con la fuerte defensa no sabe el final que le espera si bueno o malo, si ganará o perderá la batalla y la contienda en contra de la competencia que le hurtó esos vestidos del año 3078. Lilly con defensa en pensamiento fraguando la idea en convencer al jurado de su defensa y que la colección de moda hurtada, por la cual, ella demanda a la competencia, es una defensa débil cuando no sustenta con evidencia a esa defensa. Lilly se torna insegura, insípida, intrascendente e inestable cuando el jurado le concierne que sustente su defensa con los vestidos futurísticos que supuestamente son del año 3078. La competencia confeccionó a la moda los vestidos, tal y como están en los dibujos que fueron hurtados del bolso de Lilly. La competencia fría, atemorizada y muy insípida hace demostrar que los vestidos futurísticos son esencialmente y pertenecientes a ellos y que son los únicos dueños de esa colección de moda, pero, sin saber ni imaginar ni tan siquiera sospechar que son vestidos creados del año 3078. La vida de Lilly se torna insegura, intrascendente e inocua cuando ya casi el juez delibera en la sentencia condenatoria por haber hurtado a esos vestidos creados e inventados del año 3078 en una década del 2020. La vida comienza a deliberar una fría sentencia para ganar o perder la famosa fashionista de esa real colección creada en la década del 2020 siendo vestidos del año 3078. Lilly espera exasperadamente por la sentencia por haber ganado el litigio en contra de la competencia que le hurtó el diseño y moda, la colección y sus vestidos más futurísticos. Lilly se aferra al comienzo cuando por haber creado a la colección más trascendental se torna exasperada cuando en el ademán frío se siente como el desafío más funesto y más insípido en hacer con la impoluta verdad en hacer sentir que esos vestidos sí que fueron creados por la mano dibujante de Lilly y no por la competencia que hurtó a esos vestidos futurísticos del año 3078 del bolso de Lilly. Si Lilly se aferró a su más fuerte defensa, por la cual, es y siempre será que los vestidos fueron inventados y creados en papel dibujante por Lilly y que son creados para el año 3078 y no para la década del 2020. Lilly se aferra a la temporada del 2020, pero, por haber creado una colección de moda y tan fashionista como el haber sido esos vestidos creados del año 3078. Lilly se torna intrínseca, espantada y muy segura de sí, a pesar de la inseguridad que posee por parte de la competencia, la cual, hurtó su colección de moda del año 3078. Lilly se aferra a la sola idea en hacer demostrar que esos vestidos fueron creados por la mano y obra de su propio instinto, de su propia creación dibujando en papel vestidos futurísticos del año 3078. La vida de Lilly se aferra a la sola idea de expresar su defensa ante el tribunal y a su impoluta verdad a defender hasta el fin. 

Lilly, desde el tribunal se aferra a la idea en proteger, en defender y demostrar que esos vestidos fueron creados por ella. Los vestidos futurísticos después de recorrer la colección de moda con las  modelos quedan a la intemperie en un closet o en un armario viejo. La vida de Lilly se debate en hacer demostrar que los vestidos le pertenecen a ella, mientras, que deliberan en un tribunal la sentencia condenatoria o el haber perdido el litigio en contra de la competencia de Lilly. Lilly se aferra a la idea de que los vestidos sí fueron creados por la mano de ella. Es un litigio bastante complicado porque la única defensa que tiene Lilly es que son vestidos creados para el año 3078 en una temporada del 2020. Lilly se torna intrínseca, inestable, pavorosa y muy condescendiente que, aunque, los vestidos salieron a la moda modelados por modelos internacionales, ella, sólo, desea que se venere su nombre de moda fashionista como la famosa modista que creó a esos vestidos del año 3078. La controversial noticia delibera entre los medios noticiosos que Lilly fue la creadora, la que inventó, fraguó en numen inventivo a esos vestidos del año 3078. Lilly en paz, sosegada, templada, efímera y muy conceptual, sabe una cosa y es que la creación de esos vestidos le pertenecen a ella como la creadora fugaz, sin ser clandestina, con un destino y futuro prometedor, por el cual, se aferra a la única idea que esos vestidos fueron creados por la mano de Lilly. La vida para Lilly termina en paz ganando una contienda, un litigio tan real como el haber creado esos vestidos futurísticos del año 3078. La vida para Lilly afortunadamente calma un desenfreno, un litigio y una contienda tan real como el haber creado esos vestidos futurísticos del año 3078. Lilly se aferra a la sola idea tan controversial en que sólo la idea y la honestidad en solventar su idea y su defensa ante los tribunales quedó como la órbita lunar atrapando a su sola idea en converger un sólo ademán frío en creer que a la colección de moda hurtada le otorgan su nombre como la fashionista sin cliché Lilly. La idea de Lilly le dio la forma, la perseverancia y la defensa en ganar un litigio en contra de la competencia, por la cual, le hurtó sus vestidos, los confeccionó y los presentó en pasarela en una colección de moda sin saber que eran vestidos futurísticos del año 3078. Lilly sin conformarse a la idea, va en busca de más y crea otra moda fashionista más trascendental, pero, ésta sin ser hurtada ni vigilada ni perseguida por la competencia. Y, Lilly es la fashionista de la moda, queda como la mujer más controversial de la temporada del 2020 siendo sus vestidos futuristicos del año 3078 más aclamados.  




FIN