el brujo de letziaga

Huyendo de mí.

Dispersando estoy mi aliento en un vaso de barro
En la taberna del orujo añejo
Con una sopita de ajo.

 

Escuchando la música imperfecta de una flauta seca
Que no danza precisamente en la belleza
Soplándome la edad
¡Qué puñetera!

 

Encontrando la verdad en la tiranía de mi dialéctica
En el otoño de la palabra piadosa
En la letra caducada.

 

Estrechando la mano al silencio
Viajando con el cortejo
Al gran vacío.

 

Huyendo de mí...Acercándome a ella...
Como es ley de vida
-Me dicen-

 

Donde no caben los idiotas
Como el jabato ni el capitán trueno
Que ni siquiera envejecen
Y nunca mueren.