Un desierto asoma dominante
con dunas
se decora el paisaje
Del camino sin huellas
empieza el viaje
la promesa el océano
la condición el diamante
Mapas, viento, nubes y arena
todo cambiante, nada se queda
La mirada pronto se frena
Mas algo la alza
y la inviste de seda
Quien conoce el parpadeo estrellado
no pierde su norte y amparo
Andando descalzo a la luz del Amado
la pisada es la fuente, la senda y el claro