En la noche de mi vida,
lloré mucho mis errores,
padecí los sinsabores
de una entrega sin medida;
hoy, mi vida es bendecida,
me rodean los amores,
ese bello ramo de flores
que siempre me da cabida;
ramo de flores divinas,
de ese campo celestial
fraternidad del amor;
ramo que todo iluminas,
una hermandad ideal:
amigos de corazón...