Cuando te escondes en el baúl
de tus adentros,
donde guardas los secretos
de tu mar ansioso, audaz,
resplandeciente de todas
las nostalgias, dispersas las fragancias,
en los gozos.
Como los relatos silenciosos,
que narran las leyendas,
como si fuesen de antaño
los sollozos.
Como si fuesen de ahora
los instantes en la memoria
de todos los tiempos.
En los pensamientos
nómadas...,
la conciencia despierta
en lo inestable,
entre sueños y vientos
de la aurora.
Ojos que resplandecen
en el azul marino,
verde, agua,
vientos, ecos distantes
que rebotan
en el gris de un cielo intenso.
Con las manos unidas,
con el dedo señalando el vacío,
en un reino hechizado de armonía,
donde los desencantos son ajenos.