Querido Asperger,
Cambiaste mi vida de formas inesperadas,
con tus colores únicos y tus luces apagadas.
En el laberinto de sonidos y sensaciones,
encontré contigo nuevas revelaciones.
Me llevaste a explorar un mundo diferente,
donde la diversidad es mi mayor presente.
En tus silencios y en tus explosiones de emoción,
descubrí la belleza de ser quien soy.
Aunque a veces sea un desafío comprenderte,
en tu mirada encuentro la verdad que me libera.
Eres parte de mí, una pieza de mi ser,
y en tu presencia aprendo a florecer.
En sonidos distintos y colores con textura,
emociones que a veces me envuelven en locura.
Silencios y viajes, abrir las alas a la aventura,
cada día es un comenzar, una nueva travesura.
En el mundo del Asperger, donde brillan los detalles,
donde los sonidos susurran historias ancestrales.
Colores vibrantes y sabores con textura,
un universo único, una hermosa pintura.
Mis emociones son un torbellino, un vaivén,
pero en cada silencio encuentro mi serenidad también.
Viajes internos, explorando mi identidad.
A veces se vuelve complicado el poder entender,
aunque por fuera no se note, para mí es un vaivén.
Las sutilezas y los matices del mundo que me rodea,
a veces se convierten en una maraña que me marean.
Las interacciones sociales, un laberinto sin fin,
donde las reglas no escritas me confunden sin fin.
Aunque mi corazón sea puro y mi intención sincera,
a veces la comunicación se torna una barrera.
Aunque a veces sea complicado y confuso el andar,
sé que en mi interior hay un tesoro por hallar.
Con paciencia y amor, con aceptación y bondad,
encuentro
en mi singularidad mi mayor verdad.