Allen Andree

LAPSO

Ajenos nos volvemos por la boca

por la célula que nunca logra descansar

 

Vive el recuerdo de hace seis años

cuando escribir era una cuestión de fe

cuando no se trataba de una cuestión de costumbre

siempre supe que este momento llegaría

 

No de decir adiós porque no se puede

porque el fantasma confirma leyes de atracción

sino porque costumbre y necesidad se entrelazan

(la célula cansada se renueva)

 

Un estado constante de alerta

pase lo que pase nuestra configuración se altera

y debemos pasar por ambientes donde nos hacen creer

buscando una lágrima dejada atrás

 

Pienso en el mundo nuevo

en cómo mi lengua se estira contando historias de ayer

donde pasó lo que pasó

y desde donde debo de lamer con sal mis heridas

 

La célula no puede acostumbrarse

y la solución es tarde o temprano la solución

deben mis lágrimas indicar que funciona

Nadie entiende la complejidad de los salones

nadie sabe los secretos de las llevas

se trata de un gusto que es la intimidad para el paladar

 

Son vistos patrones en mí

como caminos que llevan hacia las fracturas

a dónde me orienta la percepción incompleta

la célula se arrulla y alucina que descansa

solo la idea del sueño la puede abstraer

 

Ha cambiado la concepción de la fe

y a medida que avanza el tiempo cuesta más

descubrir tan cerca aquellos mundos de locura

de violenta locura

tener miedo a no observar y ponerse de perfil

como cediendo a alguna fragilidad

temor a entrar en un mundo donde nadie pueda salir

dejar la sangre y las células allí

como un nefasto sacrificio

 

Ajenos nos volvemos por la boca