Cabalgan los pensamientos entre nubes de sentimientos
las hay blancas y negras, de acero bruñido algunas con brillo.
Sin bridas, sin crines a su libre albedrío galopan cara al viento,
a ras del mar, azotando las tormentas que nacen dentro del pecho
y ese trotar a veces es un grito de lamento de justicia de sentimiento.
No deseas frenar a esos caballos, los dejas que vayan directos
hacia el horizonte para que puedan descargar
entre mar y cielo todos sus sueños y anhelos.
Eternidades