Prendida a los recuerdos de mi infancia
se encuentra la persona mas afable;
que brilla con fulgor inigualable
de quienes dan bondad en abundancia.
Ofrece con magnífica prestancia
su mano tan gentil e inefable;
brindando con su aprecio imponderable
el rayo del amor que luz escancia.
Gozar de su cariño es una ofrenda
bordada de magnolias exquisitas;
que logran que mi espíritu se encienda
y deje en éstas letras hoy escritas;
el verso que camina aquella senda
labrada por maestra Merceditas.
Autor: Aníbal Rodríguez.